Por: Francisco Grimaldi
El otro día enloqueció mi hermano el little man, de algún modo yo siempre lo supuse, Él era extraño no se parecía ni a mamá, ni a papá, ni a ningún cristiano de por aquí. La gente decía en el barrio ¡pícale niño que tu hermano se ha vuelto loco! Pero mi hermano ya había desplumado a todas las palomas de la vecina.